Es impresionante ver la reacción del madridismo con los fichajes de Florentino, y con su persona en particular. Lo del ser superior no es una exageración, los aficionados lo ven como un ser todopoderoso. La situación tiene muchas similitudes con lo que sucede en Italia con Berlusconi. Aunque es cierto que la gravedad es muy distinta caso de tratarse de un presidente de un club o del presidente de un pais.
El caso es que los aficionados madriditas en su mayoría han recibido los fichajes de Forentino como la salvación divina, como el santo grial del madridismo. La peregrinación al Bernabeu para ver al de los 96 millones así lo demuetra; todo en ello tenía más de peregrinación religiosa que de acto propio del fúbtol. Las masas apretujándose para intentar estar lo más cerca posible de su ídolo (en la acepción más religiosa del término).
Florentino ha conseguido plenamente su objetivo; todo el mundo habla del Madrid (aún más que usualmente), y la mayoría de madridistas están en un estado de exaltación producto del humillante año que han pasado.
Florentino les ha dado una droga (en forma de fichajes) para superar su depresión y poder olvidar el 2-6. Ha conseguido devolverles el optimismo, aunque más por el efecto placebo, que por rázones concretas y reales.
Algunos expertos afirman que el objetivo real de Florentino sería convertir el Real Madrid en S.A.D. Podría ser cierto, y lo va a tener fácil, porque la afición está tan contenta de recuperar el optimismo que no le importa si el placebo ha costado 200 millones o los que sean.
Lo que me gustaría saber es qué opinan aquellos que defienden que el Real Madrid es un equipo con señorío y elegancia sobre todos estos fichajes, sobre las presentaciones y, porque no, sobre Paris Hilton.
El caso es que los aficionados madriditas en su mayoría han recibido los fichajes de Forentino como la salvación divina, como el santo grial del madridismo. La peregrinación al Bernabeu para ver al de los 96 millones así lo demuetra; todo en ello tenía más de peregrinación religiosa que de acto propio del fúbtol. Las masas apretujándose para intentar estar lo más cerca posible de su ídolo (en la acepción más religiosa del término).
Florentino ha conseguido plenamente su objetivo; todo el mundo habla del Madrid (aún más que usualmente), y la mayoría de madridistas están en un estado de exaltación producto del humillante año que han pasado.
Florentino les ha dado una droga (en forma de fichajes) para superar su depresión y poder olvidar el 2-6. Ha conseguido devolverles el optimismo, aunque más por el efecto placebo, que por rázones concretas y reales.
Algunos expertos afirman que el objetivo real de Florentino sería convertir el Real Madrid en S.A.D. Podría ser cierto, y lo va a tener fácil, porque la afición está tan contenta de recuperar el optimismo que no le importa si el placebo ha costado 200 millones o los que sean.
Lo que me gustaría saber es qué opinan aquellos que defienden que el Real Madrid es un equipo con señorío y elegancia sobre todos estos fichajes, sobre las presentaciones y, porque no, sobre Paris Hilton.
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