"Las matanzas de Noruega no han sido producto de una infancia infeliz o de una mente alucinada, sino una manifestación de terrorismo cristiano, alimentado por una copiosa literatura islamófoba que entra en resonancia con la ansiedad de muchos sectores de la población europea ante el desvanecimiento de su identidad, en el contexto de una crisis económica que anima a buscar en el inmigrante un chivo expiatorio, y con unas élites gobernantes que han acabado aceptando el fracaso de sus políticas multiculturales."
Este párrafo donde se mezclan psicología, sociología, religión y economía con la alegría propia de un niño y el convencimiento propio de un fundamentalista no ha sido escrito ni por un psicólogo, ni por un sociologo, ni por un teólogo, ni por un economista, sinó por un arquitecto, Luis Fernández-Galiano, y aparece publicado hoy en El País (¡como no!). Con ésto no quiero decir que un arquitecto no pueda hablar con acierto de psicología o de cualquiera de los otros temas ni mucho menos, sinó que resulta sorprendente cómo el autor pontifica sobre las motivaciones criminales de Breivik.
Creo que basta ver las fotos de disfraces de Breivik para darse cuenta de que estamos ante un chiflado. Como ya hemos comentado anteriormente, este individou parece ser el "típico" loco que buscaba un pretexto para justificar sus desvaríos, más que una persona cuerda a la que sus lecturas hayan llevado a la locura, como afirma el autor del artículo. Afirmar que Breivik no tiene una "mente alucinada", como hace Fernández-Galiano, después de leer y oir algunas de sus teorías, expuestas en el panfleto "2083 - A European Declaration of Independence (De Laude Novae Militiae)", donde defiende entre otras cosas, la reconstrucción del Templo de Salomón, parece una broma de mal gusto.
Este párrafo donde se mezclan psicología, sociología, religión y economía con la alegría propia de un niño y el convencimiento propio de un fundamentalista no ha sido escrito ni por un psicólogo, ni por un sociologo, ni por un teólogo, ni por un economista, sinó por un arquitecto, Luis Fernández-Galiano, y aparece publicado hoy en El País (¡como no!). Con ésto no quiero decir que un arquitecto no pueda hablar con acierto de psicología o de cualquiera de los otros temas ni mucho menos, sinó que resulta sorprendente cómo el autor pontifica sobre las motivaciones criminales de Breivik.
Creo que basta ver las fotos de disfraces de Breivik para darse cuenta de que estamos ante un chiflado. Como ya hemos comentado anteriormente, este individou parece ser el "típico" loco que buscaba un pretexto para justificar sus desvaríos, más que una persona cuerda a la que sus lecturas hayan llevado a la locura, como afirma el autor del artículo. Afirmar que Breivik no tiene una "mente alucinada", como hace Fernández-Galiano, después de leer y oir algunas de sus teorías, expuestas en el panfleto "2083 - A European Declaration of Independence (De Laude Novae Militiae)", donde defiende entre otras cosas, la reconstrucción del Templo de Salomón, parece una broma de mal gusto.
No comments:
Post a Comment