Ayer entrevistaron a Inocencio Arias en "No es un día cualquiera" de RNE1 [Audio] acerca del libro de memorias que ha escrito "Los presidentes y la diplomacia: Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero", libro que, por sus declaraciones, parece tratarse menos de unas memorias que de una defensa de Aznar y un ataque a Zapatero.
Que se critica a Zapatero me parece comprensible, ahora bien los argumentos con los que defendía a Aznar eran dudos, cuando no directamente falsos.
Para atacar a Zapatero explica en el libro una anécdota a la que dedica varias páginas; siendo Zapatero presidente de Gobierno organiza una cena para diversos mandatarios iberoamericanos en Nueva York. Pocas horas antes de la cena, Zapatero decide que no le apetece acudir y anula su presencia, provocando la retirada de la totalidad de los líderes que iban a acudir. Según Inocencio Arias este es el momento más chusco que ha vivido en su carrera diplomática protagonizado por un Presidente. Pues personalmente recuerdo otro, protagonizado por Aznar que supera en vileza y miserabilidad, no sólo el protagonizado por Zapatero, sinó el protagonizado por cualquier mandatario europeo reciente (incluso Berlusconi) y es el (curiosamente) olvidado episodio que protagonizó en relación al funeral de José María Lidón, asesinado por ETA en 2001, cuando Aznar no acudió al funeral porque la familia no le permitía sentarse en primera fila.
Además de este olvido, Inocencio Arias miente (voluntaria o involuntariamente) cuando se refiere a la Guerra de Irak. Arias afirma que aunque posteriormente se confirmó que Saddam Hussein no disponía de armas de destrucción masiva, antes de la guerra nadie lo sabía... Excepto los inspectos de las Naciones Unidas que fueron a investigar a Irak y declararon que Saddam Hussein no disponía de esas armas. Tal vez el señor Aznar y el señor Arias no se enterasen de las conclusiones de los inspectores de la ONU, pero en ese caso, como Presidente del Gobierno de España y como embajador español ante la ONU respectivamente, demostraron una total incompetencia en el ejercicio de sus funciones, una incompetencia supina que sería suficiente para haber justificado la dimisión de ambos.
No comments:
Post a Comment