Alejandro Amenabar estrena Agora, y los medios de comunicación se empeñan en convertirla en una película polémica por su crítica de la actuación de los cristianos en Alejandría. Antes que nada, decir que la polémica es inexistente, salvo en boca de los periodistas que, si no la hay, la inventan.
Dejando de lado la fidelidad histórica de los hechos, de la que tendrían que opinar los expertos (aunque dudo mucho que los cristianos consiguiese entrar en Alejandría armados con cruces de madera).
Al menos, Amenabar plantea un debate mucho más interesante que el de algunos de sus colegas (pongamos que hablo de Almodovar). Un debate que podría ser interesantísimo si no fuese porque con certeza la masa anticlerical se apropiará de la película para utilizarla como argumento en sus ataques a la Iglesia. Los miembros de la Conferencia Episcopal (no debe confundirseles con la masa social cristiana) son, sin duda, inmunes a cualquier argumentación e incapaces de debatir; pero no lo son menos las hordas anticlericales, igual de anclados en el pasado (siguen viviendo en el 36), igual de inmunes a la crítica; pero mucho más fascistas, pues, como hemos denunciado diversas veces, desearían acallar a la Iglesia y negarle su derecho a expresarse.
Dejando de lado la fidelidad histórica de los hechos, de la que tendrían que opinar los expertos (aunque dudo mucho que los cristianos consiguiese entrar en Alejandría armados con cruces de madera).
Al menos, Amenabar plantea un debate mucho más interesante que el de algunos de sus colegas (pongamos que hablo de Almodovar). Un debate que podría ser interesantísimo si no fuese porque con certeza la masa anticlerical se apropiará de la película para utilizarla como argumento en sus ataques a la Iglesia. Los miembros de la Conferencia Episcopal (no debe confundirseles con la masa social cristiana) son, sin duda, inmunes a cualquier argumentación e incapaces de debatir; pero no lo son menos las hordas anticlericales, igual de anclados en el pasado (siguen viviendo en el 36), igual de inmunes a la crítica; pero mucho más fascistas, pues, como hemos denunciado diversas veces, desearían acallar a la Iglesia y negarle su derecho a expresarse.
No comments:
Post a Comment