Todos los que conducimos un coche por ciudad hemos sufrido alguna los inconvenientes de los coches aparcados en doble fila. Sin duda alguna, todos lo habremos hecho también alguna vez. Pero la gran diferencia la supone, como se refleja en el código de la DGT, si aparcamos o estacionamos, y la duración. Como sabemos está permitod aparcar, siempre manteniéndonos dentro del vehículo, por un intervalo inferior a dos minutos. En la vida real es obvio que estas condiciones raramente se cumplen.
Vivo en una calle en Lleida en la que siempre hay algún vehículo en doble fila. Pero por momentos, la cosa se convierte en una carrera de obstáculos: coches aparcados en doble fila a ambos lados que obligan a ir esquindolos siempre pendientes de si viene alguien en sentido contrario, y, en los momentos estelares, un sólo carril central en el que es preciso ceder el paso, como si se tratase de un túnel de carretera comarcal o de alguna calle del casco antiguo.
Vivo en una calle en Lleida en la que siempre hay algún vehículo en doble fila. Pero por momentos, la cosa se convierte en una carrera de obstáculos: coches aparcados en doble fila a ambos lados que obligan a ir esquindolos siempre pendientes de si viene alguien en sentido contrario, y, en los momentos estelares, un sólo carril central en el que es preciso ceder el paso, como si se tratase de un túnel de carretera comarcal o de alguna calle del casco antiguo.
Algunos detalles son especialmente irritantes: los conductores que aparcan en doble fila donde ya hay otro vehículo en doble fila, los que aparcan en doble fila, aunque haya un espacio para estacionar, pero que no tienen ganas de tomarse la molestía de hacerlo, etc.
El principal responsable de este caos somos los conductores, es evidente, pero la administración también tiene su parte de culpa. Me explico, tomando el caso de Lleida aunque sirve para todas las ciudades en las que he estado: aparcar en doble fila nunca (digamos casi nunca, por no ser absolutistas) supone una multa ni sanción; en cambio, aparcar en zona azul sin el correspondiente ticket, supone siempre (si no tenemos la suerte de coincidir entre dos pases del guardia que vigila) una multa. Es decir, aparcar en doble fila, obstaculizando el tráfico y, en ocasiones, impidiendo salir al vehículo bloqueado, no tiene consecuencias; en cambio, aparcar en zona azul, donde no se perjudica a nadie excepto las arcas del correspondiente ayuntamiento, siempre tiene sanción.
Pero, por si esto fuera poco, hay algo peor. Los casos, afortunadamente raros, en que uno se encuentra un coche aparcado en su plaza de parking particular. En estos casos, no hay nada que hacer, al menos desde el punto de vista legal. La grúa municipal no puede actuar por tratarse de un espacio privado, tampoco poner una denuncia servirá de nada, la respuesta será que tratemos de hablar con el dueño del vehículo y lleguemos a un acuerdo amistoso. El mensaje de la administración es que es mejor aparcar en la plaza de otra persona en un parking privado que en una plaza de zona azul.
Pero, por si esto fuera poco, hay algo peor. Los casos, afortunadamente raros, en que uno se encuentra un coche aparcado en su plaza de parking particular. En estos casos, no hay nada que hacer, al menos desde el punto de vista legal. La grúa municipal no puede actuar por tratarse de un espacio privado, tampoco poner una denuncia servirá de nada, la respuesta será que tratemos de hablar con el dueño del vehículo y lleguemos a un acuerdo amistoso. El mensaje de la administración es que es mejor aparcar en la plaza de otra persona en un parking privado que en una plaza de zona azul.
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