Tuesday, December 6, 2011

Què en pensen els Centelles?

L'argument dels fills d'Agustí Centelles quan van signar la venta de l'obra del seu pare al Minsterio de Cultura era el comprmís d'aquest per difondre l'obra del fotograf. Sembla evident que es van equivocar.

"Bien, si la del King Juan Carlos Center es la importante exposición que debía celebrarse en Nueva York, estrella del compromiso del Ministerio de Cultura para promocionar internacionalmente la obra de Centelles, el resultado es un estrepitoso fiasco. Las ochenta obras seleccionadas no se exhiben en un museo o galería de prestigio sino en una discreta dependencia universitaria, un vestíbulo multiusos que conecta el control de seguridad del edificio con aulas y despachos; las fotografías están mal colgadas, mal iluminadas, en medio de mesas y máquinas de café. La museografía es una caricatura, un trasunto de los salones organizados por los fotoclubs de aficionados en los años 60 y 70. ¿Es esta la estrategia para equiparar el trabajo de Centelles al de Capa? ¿Son conscientes los responsables de esa exposición del daño que se hace a la imagen de Centelles y a su valoración entre los expertos? Por suerte, la iniciativa ha pasado inadvertida; y esa escasa repercusión supone un alivio.

Pero si no hay nada recriminable a NYU, que se limita a acoger la muestra, otro cantar es la competencia del ministerio. Se ha editado un catálogo ambicioso en formato y extensión - aunque de diseño amuermado y traducción al inglés un tanto macarrónica-.El contenido se reduce casi a un mano a mano entre Joaquín Gasca Gil, comisario de la exposición y autor del texto introductorio, y Antón Gasca Gil, que firma cuatro de los siete ensayos restantes, amén de ser corresponsable del diseño y la maqueta. La aportación más valiosa es un rastreo de las fotografías de Centelles en revistas extranjeras durante la Guerra Civil y el semblante biográfico firmado por Rocío Alcalá del Olmo. Pero sorprende que esta introducción de Centelles al público neoyorquino carezca de una cronología detallada y de una bibliografía que permitan ahondar en el conocimiento de su obra. Sorprende también que en esta obra magna no se incluyan colaboraciones de los especialistas; por ejemplo, por parte española, de Teresa Ferré, la principal estudiosa de la obra y archivo de Centelles, y, por parte estadounidense, del profesor Jerald Green, quien ya organizó una muestra de Centelles en Nueva York hace 25 años.

Pero más que nada molesta el tufo ideologizado que rezuman algunos comentarios. No sé qué sentido tiene trasladar a la escena estadounidense las miserias de nuestros debates nacionales. Por ejemplo, especular sobre por qué a Centelles el ministerio le concedió el premio Nacional de Artes Plásticas y en cambio la Generalitat no le concedió la Creu de Sant Jordi. Estoy convencido de que a los neoyorquinos eso les importa un pito. Pero es que además se omite decir que si el ministerio le concedió tal premio fue porque su candidatura había sido propuesta por Daniel Giralt-Miracle, a la sazón delegado de Artes Plásticas de la Conselleria de Cultura de la Generalitat. Gasca (Antón), que se dirige al lector en un plural mayestático que no sabemos si representa a los Gasca, al Archivo de Salamanca o al Club de Fans de Centelles, se atreve a sugerir que la polémica del caso Centelles se produjo porque en Catalunya estamos desinformados ynos han hecho creer que el archivo personal de Centelles era en realidad el archivo fotográfico del Comissariat de Propaganda de la Generalitat durante las postrimerías de la II República. Tampoco eso es cierto ni se entienden esa guisa de comentarios en un libro científico cuyo cometido consiste en promover la aportación fotoperiodística de Centelles ante un público internacional que la desconoce; estorba perderse en unas justificaciones que no traslucen sino incomodidad o sentimiento de culpa.
" [La Vanguardia]

2 comments:

Octavi_Centelles said...

Lo que yo pienso lo escribo en mi blog, fuerte y claro, para expertos, estoy pendiente de recibir un detallado informe desde la Universidad de Nueva York, de los paniaguados habituales del club de la culturera catalana NO ME INTERESA NADA, ya los conozco, son la endomagia personificada y un peligro para la cultura.

sisquere said...

No niego que la cultura catalana, como la española, como la francesa, etc. sea endogámica. Pero ni ello, ni la conspiración judeo-masónica que usted denuncia, rebaten en ningún modo las críticas que Fontcuberta realiza de la exposición de Nueva York.

Respecto al tema más llamativo, aunque probablemente menos importante, de las "cafeteras", en la fotografía de La Vanguardia se aprecían perfectamente tres térmos para café (http://goo.gl/pKDJq).