Thursday, June 28, 2012

Sobre el fin de ETA

El (presumible) fin de ETA y el camino que ha llevado hasta él, ha dejado algunos de los momentos políticos más tristes de las historia reciente del Estado. Pero también algunos de los más bochornosos.

Los dos partidos mayoritarios (PP y PSOE) no se han cansado de repetir que el fin de ETA ha sido consecuencia directa de la Ley de Partidos en 2002. Aunque esta interpretación resulta bastante simplista e interesada. La desaparición de una organización terrorista viene siempre provocada por diversos factores, y el principal es siempre la pérdida del apoyo popular que haya podido tener.

En este sentido, resulta especialmente significativo que la otra organización terrorista independentista europea activa, el IRA (Provisional), anunciase su desarme en 2005. Sin duda no fue gracias a la Ley de Partidos española.

Así pues, a qué se ha debido el cese de actividad de ETA. O, mejor dicho, ¿qué razones pueden haber concurrido en el cese de la actividad terrorista tanto de ETA como del IRA?

Pues, en la opinión del que ésto escribe, las razones son diversas pero las más importantes y decisivas han sido:

1. La Unión Europea. En el marco de la Unión Europea, como autoridad supra-nacional, las diferencias que puedan existir entre un Estado y una parte de ese Estado, se asume que deberán ser resueltas en el marco europeo. Pero también la UE ha potenciado la colaboración entre estados, así como una mayor implicación de paises terceros en la colaboración con los miembros de la UE.

2. El terrorismo islamista (o, si prefieren, más concretamente, el 11-S). Hasta hace pocos años, el terrorismo era visto en algunos paises latinoamericanos y/o africanos con ojos comprensivos, y los terroristas como revolucionarios. El 11 de septiembre de 2001 todo eso cambia: a partir del momento en que caen las torres gemelas, el terrorismo pasa a ser algo criminal en todo el mundo. Ya no hay paises en el mundo occidental, donde los terroristas puedan ser "tolerados" (salvo algún régimen peculiar).



"Éstos son mis principios. Si no le gustan tengo otros"
Groucho Marx.

Siempre que pienso en la Ley de Partidos me viene a la mente esa cita de Groucho Marx, aunque en este caso deberíamos cambiarla por "Éstos son mis principios democráticos. Si no le gustan tengo otros". Sólo así se explica la elaboración de una Ley para convertir en delito lo que antes no lo era, y convertir en delito la omisión de condena de otro delito.

La mejor prueba del Groucho-marxismo de algunos sectores de la derecha española lo aportó hace pocos días Esperanza Aguirre: “Hoy es un día muy triste para la democracia española porque el Tribunal Constitucional ha decidido enmendarle la plana al Tribunal Supremo, de nuevo, y legalizar a un partido que no ha querido condenar los más de 800 asesinatos de ETA y se ha negado a pedir la desaparición de esta banda terrorista.

Nos planteamos muy seriamente por qué tiene que existir un Tribunal Constitucional nutrido por políticos que se llaman magistrados y no lo son. Habría que pensar que el Constitucional sea una sala más del Supremo”. [PP de Madrid]

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