Mucho se ha oido en los últimos meses sobre la causa del incremento del independentismo en Catalunya. Como demostración de la ceguera imperante en gran parte de las clases dirigentes de Madrid (capital del Estado) ha sido frecuente oir a muchos dirigentes políticos, presuntos expertos y opinadores culpabilizando (exclusivamente) al adoctrinamiento que "sufren" los ciudadanos catalanes. Este adoctrinamiento lo ejercen básicamente, según la versión oficial, los medios de comunicación catalanes y la educación. Esta teoría, además de ignorar absolutamente la realidad social catalana, presupone un poder del establishment catalanista equivalente al del Partido Comunista en la URSS, algo que se sostiene únicamente en las mentes calenturientas de aquellos que prefieren esconder la cebeza bajo el ala antes que enfrentar la causa real de los problemas.
El papel de los medios de comunicación catalanes y su posible influencia en el auge del independentismo, ya los hemos analizado aquí. Respecto al tema de la educación, el análisis ya resulta bastante más complejo. La forma correcta sería analizar los libros de texto de Catalunya. Este análisis resulta demasiado costoso (en tiempo y dinero) para este humilde blog. Así que vamos a analizar los resultados y conclusiones de los que lo han hecho antes; concretamente, a partir del artículo de Manuel Romero "Las editoriales cambian los libros escolares a gusto de los nacionalistas".
Si leen la serie completa realizada por este autor sobre el tema, observarán que no se cita ni una sola falsedad detectada en los libros de historia utilizados en Catalunya. Entonces, ¿qué se denuncia? Pues lo que se denuncia son ausencias que según el autor (y su interpretación de la ley) deberían estar incluidas, o detalles como las fotos elegidas para ilustrar los diferentes pasajes, el número de banderas, el número de veces que aparece la palabra "España", etc. Como ven, todo muy objetivo. El problema de estas denuncias es que se basan casi exclusivamente en las opiniones del autor y de lo que éste considera que debería aparecer. De hecho, la única falsedad detectada por el autor en los libros de texto en Catalunya es que "Catalán, vasco y gallego extienden sus dominios más allá de sus fronteras legales. Engullen al valenciano como un dialecto del catalán, invaden la franja de Aragón, el Rosellón y Alguer (Italia)". Es decir, denuncia como falso que catalán y valenciano sean la misma lengua... Ese es el nivel.
Además, el autor utiliza diversas trampas, como mezclar los diferentes libros de texto utilizados en diferentes comunidades para dibujar su particular retrato de la educación autonómica. Así coge la aproximación a la guerra civil de un libro de texto de Andalucía, el número de banderas catalanas en un libro de texto de Catalunya, y las referencias a ETA de un libro en el País Vasco, entre otros, y de ésto extrapola sus conclusiones. En lo referente a Catalunya, toma aspectos de diversos libros diferentes, como si un mismo alumno fuese a utilizar todos los libros y verse influido por todo lo que el autor denuncia.
Denuncia, por ejemplo, el autor, que no se dedique el espacio exigido por la ley estatal (oh sí, existe una ley estatal que fija el temario de estudio) a la Constitución o al Rey. Pone como ejemplo, los libros de texto que sí dedican dos páginas enteras a la Constitución. Lo interesante sería discutir qué debe aparecer en estas dos páginas, porque la impresión es que el autor no desea un tratamiento histórico sinó un publirreportaje. Sobre la Constitución sería clave explicar en qué condicioes se elaboró, es decir, el temor existente a irritar a los nostálgicos del franquismo. Pero probablemente, eso rompería la imagen que se pretende dar de la Constitución Española como una Constitución europea y moderna. También denuncia que se sustituya una foto del Rey por cuatro fotos de Diana de Gales. Este punto me parece especialmente importante, porque las fotos de Diana de Gales, siendo entrevistando, ilustrun una entrada sobre los medios de comunicación, un tema muchísimo más interesante y importante, sin duda, que la cara del Rey. De todos modos, supongamos que hubiese de dedicarse más espacio a la monarquía. Sin duda habrá de explicar cómo se reinstauró la Monarquía en España tras la dictadura. Habrá que explicar que el estado monárquico fue una imposición de Franco, y que la elección de Juan Carlos de Borbón también fue una imposición del dictador.
Es decir, si lo que se denuncia no son falsedades, sino ausencias y omisiones, cabe preguntarse qué criterio siguen los críticos con la educación de determinadas comunidades. Resulta muy sencillo: unificar España. Lo que pretenden es que su historia unifique España, no que cuente la historia. Ni más ni menos. En cambio, la función que debe tener la historia que es explicar porqué somos cómo somos, para ellos no tiene importancia, se trata de dibujar lo que debemos ser. Supongamos que no vayan a alterar los hechos históricos, y sólo cambiarían la importancia, el peso, de los hechos históricos narrados. Previsiblemente, darían mayor peso a todos aquellos hechos que puedan utilizar para presentar una España milenaria: la romanización o la guerra de independencia de Francia, por ejemplo. Sin duda alguna, la romanización es uno de los episodios históricos más importantes en la generación de nuestra identidad actual, pero el hecho indiscutible es que tiene un efecto homógeneo a nivel europeo que, más allá de los nombres de las provincias, no diferencia entre Hispania o la Galia. La romanización es un proceso europeo, Hispania es una anécdota.
Resulta previsible, además, que se produzca una descatalanización de la historia. El autor no habla, por razones evidentes, de la historia explicada en Aragón pero siempre me ha planteado (1) el tratamiento que se da en esa comunidad, por ejemplo, a la figura de Jaume I: ¿se dice que escribió sus memorias en catalán? ¿se dice que luchó durante los primeros quince años de su reinado contra la nobleza aragonesa? ¿se dice que la conquista de Mallorca y Valencia fue una empresa eminentemente catalana? No me sorprendería que no. Y tengo la certeza absoluta de que la historia explicada por Wert (y compañía) no lo haría.
Lo mismo sirve para la Guerra de Sucesión (un hecho que desde Madrid se acusa recurrentemente al nacionalismo de manipular). En una historia vista por Wert, ¿se hablará de las consecuencias que tuvo? ¿O se explicará la versión centralista según la cual sólo las clases privilegiadas catalanas perdieron sus derechos? Porque como leridano, teniendo en cuenta que Lérida perdió su catedral, su ayuntamiento y su universidad tras su derrota ante las fuerzas de Felipe V, puedo afirmar que ha sido uno de los hechos históricos más importantes en la historia de la ciudad. Y lo mismo sirve para Barcelona y toda Cataluña. Ignorarlo no es contar otra historia, ignorarlo es falsear la historia.
¿Se explicará las veces que ha sido bombardeada Barcelona (comparándolo con las veces que lo ha sido Madrid, por ejemplo)? Cuando se hable del franquismo, ¿se contará que el uso público del catalán estuvo prohibido? Mucho me temo que parece poco probable, y creo que nadie puede negar la importancia de todos estos hechos.
(1) Me encantaría que alguien me enviase escaneados los libros de texto utilizados en esta comunidad)
El papel de los medios de comunicación catalanes y su posible influencia en el auge del independentismo, ya los hemos analizado aquí. Respecto al tema de la educación, el análisis ya resulta bastante más complejo. La forma correcta sería analizar los libros de texto de Catalunya. Este análisis resulta demasiado costoso (en tiempo y dinero) para este humilde blog. Así que vamos a analizar los resultados y conclusiones de los que lo han hecho antes; concretamente, a partir del artículo de Manuel Romero "Las editoriales cambian los libros escolares a gusto de los nacionalistas".
Si leen la serie completa realizada por este autor sobre el tema, observarán que no se cita ni una sola falsedad detectada en los libros de historia utilizados en Catalunya. Entonces, ¿qué se denuncia? Pues lo que se denuncia son ausencias que según el autor (y su interpretación de la ley) deberían estar incluidas, o detalles como las fotos elegidas para ilustrar los diferentes pasajes, el número de banderas, el número de veces que aparece la palabra "España", etc. Como ven, todo muy objetivo. El problema de estas denuncias es que se basan casi exclusivamente en las opiniones del autor y de lo que éste considera que debería aparecer. De hecho, la única falsedad detectada por el autor en los libros de texto en Catalunya es que "Catalán, vasco y gallego extienden sus dominios más allá de sus fronteras legales. Engullen al valenciano como un dialecto del catalán, invaden la franja de Aragón, el Rosellón y Alguer (Italia)". Es decir, denuncia como falso que catalán y valenciano sean la misma lengua... Ese es el nivel.
Además, el autor utiliza diversas trampas, como mezclar los diferentes libros de texto utilizados en diferentes comunidades para dibujar su particular retrato de la educación autonómica. Así coge la aproximación a la guerra civil de un libro de texto de Andalucía, el número de banderas catalanas en un libro de texto de Catalunya, y las referencias a ETA de un libro en el País Vasco, entre otros, y de ésto extrapola sus conclusiones. En lo referente a Catalunya, toma aspectos de diversos libros diferentes, como si un mismo alumno fuese a utilizar todos los libros y verse influido por todo lo que el autor denuncia.
Denuncia, por ejemplo, el autor, que no se dedique el espacio exigido por la ley estatal (oh sí, existe una ley estatal que fija el temario de estudio) a la Constitución o al Rey. Pone como ejemplo, los libros de texto que sí dedican dos páginas enteras a la Constitución. Lo interesante sería discutir qué debe aparecer en estas dos páginas, porque la impresión es que el autor no desea un tratamiento histórico sinó un publirreportaje. Sobre la Constitución sería clave explicar en qué condicioes se elaboró, es decir, el temor existente a irritar a los nostálgicos del franquismo. Pero probablemente, eso rompería la imagen que se pretende dar de la Constitución Española como una Constitución europea y moderna. También denuncia que se sustituya una foto del Rey por cuatro fotos de Diana de Gales. Este punto me parece especialmente importante, porque las fotos de Diana de Gales, siendo entrevistando, ilustrun una entrada sobre los medios de comunicación, un tema muchísimo más interesante y importante, sin duda, que la cara del Rey. De todos modos, supongamos que hubiese de dedicarse más espacio a la monarquía. Sin duda habrá de explicar cómo se reinstauró la Monarquía en España tras la dictadura. Habrá que explicar que el estado monárquico fue una imposición de Franco, y que la elección de Juan Carlos de Borbón también fue una imposición del dictador.
Es decir, si lo que se denuncia no son falsedades, sino ausencias y omisiones, cabe preguntarse qué criterio siguen los críticos con la educación de determinadas comunidades. Resulta muy sencillo: unificar España. Lo que pretenden es que su historia unifique España, no que cuente la historia. Ni más ni menos. En cambio, la función que debe tener la historia que es explicar porqué somos cómo somos, para ellos no tiene importancia, se trata de dibujar lo que debemos ser. Supongamos que no vayan a alterar los hechos históricos, y sólo cambiarían la importancia, el peso, de los hechos históricos narrados. Previsiblemente, darían mayor peso a todos aquellos hechos que puedan utilizar para presentar una España milenaria: la romanización o la guerra de independencia de Francia, por ejemplo. Sin duda alguna, la romanización es uno de los episodios históricos más importantes en la generación de nuestra identidad actual, pero el hecho indiscutible es que tiene un efecto homógeneo a nivel europeo que, más allá de los nombres de las provincias, no diferencia entre Hispania o la Galia. La romanización es un proceso europeo, Hispania es una anécdota.
Resulta previsible, además, que se produzca una descatalanización de la historia. El autor no habla, por razones evidentes, de la historia explicada en Aragón pero siempre me ha planteado (1) el tratamiento que se da en esa comunidad, por ejemplo, a la figura de Jaume I: ¿se dice que escribió sus memorias en catalán? ¿se dice que luchó durante los primeros quince años de su reinado contra la nobleza aragonesa? ¿se dice que la conquista de Mallorca y Valencia fue una empresa eminentemente catalana? No me sorprendería que no. Y tengo la certeza absoluta de que la historia explicada por Wert (y compañía) no lo haría.
Lo mismo sirve para la Guerra de Sucesión (un hecho que desde Madrid se acusa recurrentemente al nacionalismo de manipular). En una historia vista por Wert, ¿se hablará de las consecuencias que tuvo? ¿O se explicará la versión centralista según la cual sólo las clases privilegiadas catalanas perdieron sus derechos? Porque como leridano, teniendo en cuenta que Lérida perdió su catedral, su ayuntamiento y su universidad tras su derrota ante las fuerzas de Felipe V, puedo afirmar que ha sido uno de los hechos históricos más importantes en la historia de la ciudad. Y lo mismo sirve para Barcelona y toda Cataluña. Ignorarlo no es contar otra historia, ignorarlo es falsear la historia.
¿Se explicará las veces que ha sido bombardeada Barcelona (comparándolo con las veces que lo ha sido Madrid, por ejemplo)? Cuando se hable del franquismo, ¿se contará que el uso público del catalán estuvo prohibido? Mucho me temo que parece poco probable, y creo que nadie puede negar la importancia de todos estos hechos.
(1) Me encantaría que alguien me enviase escaneados los libros de texto utilizados en esta comunidad)
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