No deja de sorprenderme la rapidez con la que medios y ciudadanos "sabían" quién había derribado, obviamente "los malos" (que en esta ocasión son los rusos, como antes fueron los serbios -Bosnia y Kosovo- o los iraquíes -Kuwait-), el MH17 de Malaysia Airlines, pocas horas (por no decir inmediatamente después) de conocer las primeras noticias de la brutal acción.
Me sorprende y me entristece, porque, más allá, de que esa conclusión a la que medios y personas han llegado tan rápidamente, sea o no acertada (esa no es la cuestión) no es producto de un análisis crítico mínimamente razonado, sinó de una serie de prejuicios.
Antes de llegar a ninguna conclusión, y careciendo de pruebas como se carece (una grabación subida a Youtube por los servicios secretos ucraineses no se puede calificar seriamente de prueba), lo lógico es estudiar las distintas posibilidades. Ambos tienen la tecnología necesaría para derribar el avión, los famosos sistemas Buk. Así que eso no nos permite descartar ninguna posibilidad. ¿Tienen ambos la capacidad técnica de utilizarlos? Aunque es evidente, parece que mucha gente no es consciente de la dificultad de derribar un objeto que vuela a esa altura. El mismo Obama confirmó que los separatistas no podían derribar el avión sin apoyo técnico de Rusia. Es decir, el derribo, intencionado o accidental, por parte de los separatistas prorrusos, implicaría una participación necesaría de Rusia.
La primera gran pregunta que debe plantearse es: ¿fue el derribo del MH17 intencionado o accidental? Y analizar las posibilidades de cada respuesta.
El derribo accidental, es la acusación que ambos bandos se lanzaron en las primeras horas. Según los prorrusos, las fuerzas ucraineses habría intentado derribar el avión de Putin que, según esa misma teoría, habría pasado por la misma ruta ese mismo día. Una teoría difícilmente creible.
La versión ucrainesa resulta bastante más verosímil: los rebeldes prorrusos habrían derribado el avisón al confundirlo con un Antonov de carga del ejército ucrainés. El único problema de esta teoría es que, como hemos dicho los prorrusos necesitarían la colaboración rusa. Y no resulta tan sencillo creer que el ejército ruso cometa este error.
Queda también la otra posibilidad: que el derribo sea intencionado. La pregunta obligatoria es entonces "Cui prodest". Obviamente la única explicación posible es que el derribo intencionado sea para culpabilizar a la otra parte. Resulta difícil creer que los prorrusos intentasen esta maniobra. En primer lugar, son conscientes de que el único apoyo que tienen, y que tendrán, es el de Rusia. Además, seguro que saben que un gobierno elegido democráticamente siempre va a tener más credibilidad que un grupo armado (aunque consideren que defienden intereses legítimos).
Por el contrario, desde el lado ucrainés, esta acción tendría, más allá de su inmoralidad, mucho sentido: acusar a los prorrusos de este crimén, no sólo reforzaría su campaña de de propaganda contra ellos, sinó que, lo más importante, obligaría a Rusia a distanciarse de ellos, y probablemente a dejar de apoyarles, lo que supondría el fin de los prorrusos.
Así pues, quedan dos posibilidades plausibles: derribo accidental por parte de los prorrusos, o intencionado por parte del ejército ucrainés. Personalmente, me decanto por la primera opción: que se trate un terrible y criminal accidente. Pero llego a esa conclusión razonando -acertadamente o no- las distintas posibilidades, y no por prejuicios anti-rusos, como la práctica totalidad de medios de comunicación y una parte importante de la ciudadanía.
Me sorprende y me entristece, porque, más allá, de que esa conclusión a la que medios y personas han llegado tan rápidamente, sea o no acertada (esa no es la cuestión) no es producto de un análisis crítico mínimamente razonado, sinó de una serie de prejuicios.
Antes de llegar a ninguna conclusión, y careciendo de pruebas como se carece (una grabación subida a Youtube por los servicios secretos ucraineses no se puede calificar seriamente de prueba), lo lógico es estudiar las distintas posibilidades. Ambos tienen la tecnología necesaría para derribar el avión, los famosos sistemas Buk. Así que eso no nos permite descartar ninguna posibilidad. ¿Tienen ambos la capacidad técnica de utilizarlos? Aunque es evidente, parece que mucha gente no es consciente de la dificultad de derribar un objeto que vuela a esa altura. El mismo Obama confirmó que los separatistas no podían derribar el avión sin apoyo técnico de Rusia. Es decir, el derribo, intencionado o accidental, por parte de los separatistas prorrusos, implicaría una participación necesaría de Rusia.
La primera gran pregunta que debe plantearse es: ¿fue el derribo del MH17 intencionado o accidental? Y analizar las posibilidades de cada respuesta.
El derribo accidental, es la acusación que ambos bandos se lanzaron en las primeras horas. Según los prorrusos, las fuerzas ucraineses habría intentado derribar el avión de Putin que, según esa misma teoría, habría pasado por la misma ruta ese mismo día. Una teoría difícilmente creible.
La versión ucrainesa resulta bastante más verosímil: los rebeldes prorrusos habrían derribado el avisón al confundirlo con un Antonov de carga del ejército ucrainés. El único problema de esta teoría es que, como hemos dicho los prorrusos necesitarían la colaboración rusa. Y no resulta tan sencillo creer que el ejército ruso cometa este error.
Queda también la otra posibilidad: que el derribo sea intencionado. La pregunta obligatoria es entonces "Cui prodest". Obviamente la única explicación posible es que el derribo intencionado sea para culpabilizar a la otra parte. Resulta difícil creer que los prorrusos intentasen esta maniobra. En primer lugar, son conscientes de que el único apoyo que tienen, y que tendrán, es el de Rusia. Además, seguro que saben que un gobierno elegido democráticamente siempre va a tener más credibilidad que un grupo armado (aunque consideren que defienden intereses legítimos).
Por el contrario, desde el lado ucrainés, esta acción tendría, más allá de su inmoralidad, mucho sentido: acusar a los prorrusos de este crimén, no sólo reforzaría su campaña de de propaganda contra ellos, sinó que, lo más importante, obligaría a Rusia a distanciarse de ellos, y probablemente a dejar de apoyarles, lo que supondría el fin de los prorrusos.
Así pues, quedan dos posibilidades plausibles: derribo accidental por parte de los prorrusos, o intencionado por parte del ejército ucrainés. Personalmente, me decanto por la primera opción: que se trate un terrible y criminal accidente. Pero llego a esa conclusión razonando -acertadamente o no- las distintas posibilidades, y no por prejuicios anti-rusos, como la práctica totalidad de medios de comunicación y una parte importante de la ciudadanía.
No comments:
Post a Comment