Si hay una zona geográfica a la que se puede responsabilizar en mayor medida de la crisis económica en España (el equivalente a Wall Street en Nueva York o la City en Londres), es aquello que se conoce como el Gran Madrid; más que un lugar concreto, un conjunto de intereses unidos en una empresa común: por un lado tenemos a los grandes constructores de la capital, representados perfectamente en el palco del Bernabeu; en segundo lugar tenemos a Caja Madrid/Bankia, con su cúpula directiva formada exclusivamente por políticos y sindicalistas de la comunidad de Madrid; y, en tercer lugar, tenemos al PP madrileño, donde los liberales (agruirristas) y/o corruptos (Gürtel) se aliaron durante años para conseguir el fin común (más negocio/s). Aunque no son los únicos, sí fueron actores principales del boom que generó la burbuja en la que vivió España durante la década del desarrollismo constitucional (1996-2006).
Estos mismos grupos, una vez inmersos en la crisis, encontraron en la frase "Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades" (convertida en sus bocas en "Los ciudadanos han vivido por encima de sus posibilidades") en un mantra que nos repetían a diario. Como "Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", todos somos responsables y, por tanto, no hay culpables. El "crimen" perfecto.
Así que, lo que tocaba en ese momento (al inicio de la crisis) era "ajustarse el cinturón", que era su forma de decir que los ciudadanos tenían que pagar el gran agujero que ellos habían creado. Que las cajas que, mayoritariamente, ellos habían vacíado para sus mega-proyectos (Madrid, Valencia, etc.) o bancos no tuviesen ni un euro para prestar a las PYMES españolas, que tienen que cerrar, es culpa también de todos, no de su mala gestión o sus abusos.
Y ahora, estos mismos principitos del Gran Madrid, quieren terminar su obra maestra, su gran estafa, vendiéndonos a los ciudadanos que la solución a la crisis es repetir los errores cometidos que nos llevaron a ella (como homenajeando ese capítulo de The Wire en que Omar le vende la droga robada a los mismos a los que se la había robado, Marlo Stansfield y Fat Joe).
En esta nueva desventura, han conseguido unir el orgullo de los madrileños (si Barcelona organizó unos Juegos nosotros también podemos) y el nacionalismo hispano de toda la vida (que lo han convertido en cuestión de orgullo nacional), todos dispuestos a una nueva borrachera recalificadora.
Estos mismos grupos, una vez inmersos en la crisis, encontraron en la frase "Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades" (convertida en sus bocas en "Los ciudadanos han vivido por encima de sus posibilidades") en un mantra que nos repetían a diario. Como "Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", todos somos responsables y, por tanto, no hay culpables. El "crimen" perfecto.
Así que, lo que tocaba en ese momento (al inicio de la crisis) era "ajustarse el cinturón", que era su forma de decir que los ciudadanos tenían que pagar el gran agujero que ellos habían creado. Que las cajas que, mayoritariamente, ellos habían vacíado para sus mega-proyectos (Madrid, Valencia, etc.) o bancos no tuviesen ni un euro para prestar a las PYMES españolas, que tienen que cerrar, es culpa también de todos, no de su mala gestión o sus abusos.
Y ahora, estos mismos principitos del Gran Madrid, quieren terminar su obra maestra, su gran estafa, vendiéndonos a los ciudadanos que la solución a la crisis es repetir los errores cometidos que nos llevaron a ella (como homenajeando ese capítulo de The Wire en que Omar le vende la droga robada a los mismos a los que se la había robado, Marlo Stansfield y Fat Joe).
En esta nueva desventura, han conseguido unir el orgullo de los madrileños (si Barcelona organizó unos Juegos nosotros también podemos) y el nacionalismo hispano de toda la vida (que lo han convertido en cuestión de orgullo nacional), todos dispuestos a una nueva borrachera recalificadora.
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